Una tabla de quesos es una manera fácil y sencilla de degustar una amplia variedad de estos productos de una sola sentada. Además, es casi un mandamiento que la disfrutes en buena compañía, ya que así se dará un intercambio de opiniones que redondeará la velada. Descubre cómo preparar una tabla de quesos en esta entrada.
1. La elección de los quesos
Lo primero que debes tener claro es que una tabla de quesos no es un mero picoteo, tiene mucha más miga. Antes de comprar ningún producto debes seleccionar una buena variedad y que, además, se complementen. Junto a esto, tendrás que tener en cuenta la época del año, ya que las condiciones climáticas afectarán al queso y puede que uno en concreto no esté disponible en una estación determinada.
2. Selección de las cantidades
Una vez elegidos los quesos a degustar, conviene tener en cuenta qué clase de tabla estás buscando, ya que afectará a los gramos que servirás de cada producto. En caso de ofrecer una tabla de postre, lo recomendable es disponer cuñas de entre 80 y 100 gramos cada una; por el contrario, si la tabla es el plato principal lo ideal serían porciones que ronden los 200 gramos. Así, cada uno de los comensales podrá disfrutar con calma, ya que el queso no llegará a escasear.
3. ¿Cuántas variedades son las óptimas?
La idea es que la tabla de quesos no resulte monótona y aburrida. Así, será necesario combinar diferentes textura, sabores, maduraciones, cortezas o leche a partir de la cual se ha elaborado el queso. En términos generales se deben contar con un mínimo de cuatro variedades de queso; sin embargo, lo más habitual es ofrecer entre cinco y ocho variedades distintas. Con este número la tabla no resultará excesiva, algo que conseguirás si sobrepasas los diez tipos de queso.
4. Los cortes y la colocación.
Con todo listo es necesario realizar los cortes precisos para sacarle todo el partido a cada queso. Para este fin, los cortes más usuales son el de cuña o en rectángulo para quesos tiernos, semiduros o duros; en el caso de los blandos, estos deberán ser untados sobre pan; y en los quesos más curados lo recomendable es un corte fino, ya que así la potencia aromática no será tanta y no eclipsarán al resto de las opciones en la tabla. No olvides colocarlos en función del sabor siguiendo las agujas del reloj, siempre del más suave al más fuerte.
Elaborar una tabla de quesos es casi un arte donde se une conocimiento y pasión por este producto. Además, es una elaboración que puedes disfrutar en buena compañía y que puede maridarse con diferentes vinos o productos para redondearla. Escoge Quesos Romero y combina todas sus variedades.